Propósitos:
Problematizar sobre las definiciones de arte que tenemos interiorizadas para analizar si es posible extraer un denominador común, un criterio básico o esencial del cual partir para definir a una obra como artística. Analizar el rol que desempeña cada elemento en la definición de una obra artística y sus posibles conceptualizaciones. Integrar a los estudiantes en la discusión contemporánea sobre la propia definibilidad de arte, virando de la pregunta inicial ¿qué es el arte? a ¿es posible definirlo?.
Criterios de evaluación
Participación activa, elaboración de breves respuestas escritas de forma individual al inicio y al final de la consigna con autoevaluación sobre el proceso de aprendizaje. Elaboración de respuestas orales y fundamentación de las afirmaciones. Análisis de obras plásticas y de argumentos dados por especialistas extraídos de fuentes bibliográficas y audiovisuales. Vinculación entre conceptos previos trabajados en Filosofía y Crítica de los saberes con conceptos nuevos. Interés estético.
Contenido:
La pregunta por el arte es tan antigua como el arte mismo. Ya sea como mimesis, siendo una copia fiel de la naturaleza; como retrato, documentando la vida de las distintas épocas casi como si se estuviera en ellas; o como herramienta crítica, otorgando un lugar activo al espectador, el arte ha sido objeto de reflexión. La necesidad del hombre por definirlo, por encontrar un denominador común, un rasgo esencial que permee toda obra que merezca ser llamada artística, ha llevado a grandes debates en todas las áreas. Dentro de la Filosofía, una rama entera se dedica exhaustivamente a su definición, la Estética. Desde la riqueza que ofrece la discusión del campo de la estética, se considera pertinente indagar qué conceptos manejan los jóvenes de Bachillerato, y en qué medida pueden ellos mismos encontrar conexiones entre la teoría del Arte y la práctica artística. De esta bifurcación nació el taller interdisciplinario de Filosofía y Educación Visual y Plástica.
Desarrollo de la actividad.
Primera parte: Interrogación.
El taller, orientado a alumnos de Primer año de Bachillerato, parte de la premisa de que todos, en mayor o menor medida, hemos elaborado en nuestra mente una definición de arte, así sea elemental. Se propone entregar a cada alumno un papel en donde redactan en forma breve una definición de arte. Luego de leer en voz alta las definiciones, se toma nota de las principales características que se extraen de ellas. La principal vinculación que surge en esta primera aproximación es la de Arte- Belleza, de la cual surge la pregunta ¿todo lo que concibo como arte es bello?
El problema a este nivel consiste en detectar posibles elementos que consideramos artísticos sin que se reduzcan a la idea de belleza. Segunda parte: Sensibilización.
A partir de la división arte- belleza, surge la pregunta por el valor artístico de obras cuyo contenido estético no se consideraba bello por la mayoría de ellos.
El segundo ejercicio está diseñado para observar si existen patrones comunes en los jóvenes que los lleven a optar por atribuirle más valor estético a unas obras que a otras, y, consecuentemente, si ese valor condice con un valor económico.
Dada una lista de obras de arte de distintas épocas, diferentes estilos y reconocimiento popular y académico, se propone que le atribuyan a cada una un valor económico. Los estudiantes sólo ven las obras, sin nombres de autores, ni de galerías o muesos. Las obras son:
1- Los jugadores de cartas (1892/93 – Paul Cézanne)
2- Number 5 (1948 – Jackson Pollock)
3- Adele Bloch-bauer I (1907 – Gustav Klimt)
4- El Grito (1895 – Edvard Munch)
5- Nude, Green Leaves and Bust’ (1932 – Pablo Picasso)
6- Eight Elvises (1941 – Andy Warhol
7- Diana y Actaeon (1556-1559 – Tiziano)
8- No 1 (Royal Red and blue)" de Mark Rothko, 1954, vendido en 2012
9- Pierre-Auguste Renoir , "Le moulin de la galette". 1876, vendido en 1990
10- Jasper Johns, "Flag", 1958, vendido en 2010
11- Wassily Kandinsky, "Composición V", 1911
12- Pulperia, Iber Gómez. Soriano, Uruguay. 1985
14- Marcel Duchamp. Fuente. 1917.
15- Marcel Duchamp. Rueda de bicileta.
16- Latas de Sopa Cambell, Andy Warhol, 1962.
17- Esto no es una pipa, Renè Magritte, 1928, 1929.
A medida que leen los precios otorgados a las obras una por una, como si fuera una subasta, se leen los títulos de las obras, contextualizando época, autor, estilo y algunos detalles anecdóticos, al mismo tiempo que se detallan sus correspondientes precios. Aquí se despierta la curiosidad por una nueva arista del problema, dados los precios excesivos de unas obras, el carácter de “invaluable” de otras y la nula cotización en el mercado de otras, surge la pregunta ¿Quién le otorga valor a estas obras?
Tercera parte: conceptualización
La expectativa por obras cuya expresividad estética les resulta más amigable y su cotización es baja, así como el desencanto por objetos que valoran como cotidianos y por lo tanto, no dignos de ser considerados artísticos, pero cuyo valor económico es más de lo que puedan imaginar, conduce a una ruptura con las definiciones previas expuestas al inicio del taller. Aquí es pertinente la lectura de Umberto Eco haciendo un análisis de la revalorización de los objetos de la vida cotidiana.
“En este mismo sentido hay que interpretar la poética del objet trouvé (o ready made), como ya habían propuesto a comienzos de siglo artistas como Duchamp. El objeto tiene una existencia independiente, pero el artista actúa como el que, paseando por una playa, descubre una concha o una piedra pulida por el mar, se las lleva a casa y las coloca sobre una mesa, como si fueran objetos de arte que revelan su inesperada belleza.” (Eco: 2010, 406).
Afinando los conceptos, comienzan a diferenciarse los distintos estilos: por un lado, los objetos de la vida cotidiana que son sacados de contexto y expuestos en un lugar en donde adquieren un rol estético. Tal es el caso de los ready made de Duchamp. Por otro lado, las obras elaboradas por el artista con la intencionalidad de imitar con exactitud el objeto de uso cotidiano, tal como el caso de las obras pop de Warhol. Esta revalorización conduce a la pregunta ¿cómo distinguimos qué es arte de qué no, si todo puede adquirir un valor estético?
Para analizar esta pregunta, cabe retomar dos imágenes que representan dos situaciones reales que, a modo anecdótico, muestran la dificultad de discernir esta cuestión: unos anteojos de sol olvidados en un Museo de Arte Contemporáneo, que fueron fotografiados como obra de arte, y un incinerador que había caído de su soporte y los espectadores lo interpretaron como parte del acervo artístico del museo.
A partir de estas interrogantes, el problema comienza a virar del objeto artístico y su posible esencialidad, a la institución como legitimadora de la obra y del artista. ¿Hay algo esencial que hace que un objeto se arte o el objeto es arte dependiendo de la institución que lo sustente?
Para ayudar a responder esta pregunta, es pertinente un video de la Facultad de Información y Comunicación (UdelaR), titulado “Lo legítimo y lo bastardo” (2015), donde importantes actores del medio estético uruguayo problematizan sobre lo institucional y lo externo a la institución.
“La pregunta qué es el arte existe desde que existe el arte, y son tan múltiples las respuestas como artistas hay en el mundo” (López Ruíz, artista) La pluralidad de definiciones y la ausencia de un criterio común, lejos de ser vista como un obstáculo, es retomada como herramienta crítica. En este contexto, la pregunta ¿Qué es el arte? deja de tener la fuerza que origina la problematización, para dar lugar a la pregunta ¿es posible definir el arte?, interrogante completamente actual que instala a los alumnos en el centro del debate contemporáneo de la Estética.
Consigna final:Se propone intentar redactar nuevamente de forma individual qué es el arte y, de ser posible hacerlo, compararlo con la definición del inicio del taller. Es de sumo interés observar el efecto de las consignas y el proceso de interiorización de los problemas y conceptos, ya que en la mayoría de los casos no hay posibilidad de definición, y, de haberla, tienden a ser extremadamente relativistas.
Conclusión
El taller se genera como espacio de sensibilización y discusión sobre un aspecto particular de la cultura humana, a saber, las artes plásticas. No obstante, el grado de profundización de la problemática genera aspectos de lo más interesantes desde un punto de vista pedagógico, ya que los estudiantes logran integrar la práctica estética adquirida en Educación Visual, con la discusión teórica llevada a cabo diariamente en Filosofía, dejando de percibir las asignaturas como estancamientos aislados y permitiéndose percibir una dimensión de lo real desde varias aristas simultáneamente.
Recursos digitales sugeridos:
Toquinho - Aquarela (Versión española)
Investigando la percepción: un análisis desde la Física, la Psicología y la Filosofía
Bibliografía:
Eco, U. (2002), Historia de la Belleza, España: Debolsillo, 2010.
Lee Beard, [et al.] ABC del arte, México, D.F. : Océano, 2012.
Descarga una presentación realizada por las docentes con algunas imágenes de uso libre de las obras mencionadas.