La complejidad del mundo actual demanda más que nunca una política democrática como espacio de construcción de respuestas comunes, útiles para los nuevos y viejos problemas.
Brunner describe el momento actual como una época próxima al reino de la anomia, “un estado de extrema incertidumbre, en el cual nadie sabe qué comportamiento esperar de los demás en cada situación” (Daherdorf, 1994: 41). La sociedad moderna se caracterizaría por no poseer un fondo común de creencias, por la dificultad en regular normativamente el comportamiento de las personas, por la existencia de una ambigüedad normativa, donde conviven distintos medios en un espacio multi-dimensional creando la sensación de que nada es fijo y que todo depende del punto de vista del observador (Brunner, 2000).
Esta situación cercana a la anomia e incertidumbre genera nuevos desafíos e interrogantes para la institución escolar, la cual tendrá que asumir nuevos roles en un contexto social cuyas bases tradicionales se han debilitado. En este marco, cabe preguntarse ¿qué papel deberá jugar la educación en el desarrollo de una cultura ciudadana democrática? Material de gran interés para docentes.