Se conoce como Revolución de Mayo a la serie de eventos revolucionarios que sucedieron en mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, una dependencia colonial de España.
El Grito de Asencio fue el triunfo de los orientales en armas dirigidos por Venancio Benavídez y Pedro Viera frente a los españoles. Este hecho militar implicó la desobediencia al poder españolista impuesto desde Montevideo.
El armisticio firmado el 20 de octubre de 1811, no contó con el acuerdo de los orientales. Buenos Aires temía la Invasión Portuguesa sobre la Banda Oriental, debido que Elío había pedido la intervención de Portugal, quien envió un ejército de socorro.
El Éxodo del Pueblo Oriental es un acontecimiento histórico sin parangón, el cual marca el nacimiento de sentir oriental del pueblo uruguayo. Luego del levantamiento del Sitio de Montevideo, habitantes de la Banda Oriental siguieron a Artigas en una emigración colectiva hasta el Salto Chico del río Uruguay.
El llamado Congreso de Tres Cruces -o Congreso de Abril– sesionó entre los días 5 y 21 de abril de 1813 en la quinta de Manuel José Sáinz de Cavia, en el paraje extramuros –hoy día barrio – de Tres Cruces, en Montevideo.
La convocatoria a una Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas para el 30 de enero de 1813, surge a raíz de la revolución del 8 de octubre de 1812, que se producía en Buenos Aires.
Artigas da a conocer el “Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y Seguridad de sus hacendados”, también llamado "Reglamento de tierras".
El 4 de agosto de 1815, el sacerdote Dámaso Antonio Larrañaga envió una carta al Cabildo proponiendo suplir con buenos libros la falta de maestros e instituciones.