Modelo molecular de la penicilina | Autor: Science Museum London | Licencia: Creative Commons Atribución-CompartirIgual 2.0 Genérica
Su padre era arqueólogo y Dorothy creció en un ambiente intelectual estimulante, entre objetos y ruinas antiguas de Oriente Medio y el norte de África. Siendo una adolescente colaboró con su padre dibujando los mosaicos del pavimento de las ruinas halladas en Jerash, Jordania. Poco faltó para que se decidiera por la arqueología pero desde los 10 años se mostró interesada por los cristales.
Un amigo de su padre, A.F. Joseph, profesor de química en la escuela de medicina de la Universidad de Ceylán le proporcionó reactivos para que realizara ensayos de química analítica y pudiera identificar minerales en la arena del jardín de su casa. Su madre también la estimuló comprándole materiales para instalar un laboratorio casero. En la navidad 1923 asistió con su madre a la conferencia de navidad del físico Henry Bragg, quien contribuyera enormemente a sentar las bases de la cristalografía de rayos X.
Cuando a los 11 años ingresó al instituto secundario John Leman, recibió el aliento de sus profesores, particularmente de “Miss Deeley” quien la integró a un selecto grupo de jóvenes varones apasionados por la química. Estos eventos terminaron por definir su vocación.
Su vida académica osciló entre las universidades de Oxford y Cambridge en las que obtuvo su título de grado y su PhD respectivamente y en las que ejerció como docente e investigadora. Los requerimientos experimentales de sus investigaciones la llevaron a perfeccionar las técnicas cristalográficas. Con el auxilio de la cristalografía de rayos X determinó la estructura de diversas moléculas de importancia biológica: esteroles, vitamina B12, penicilina (antibiótico en el que confirmó la presencia del anillo beta lactámico, contra la opinión dominante entre los químicos de la época). Pero el gran logro de su labor científica es la determinación de la estructura de la insulina.
El éxito llegó tras 35 años de trabajo incesante desde que en 1934, Robert Robinson le entregara un pequeño cristal de esta hormona hasta la elucidación completa de su estructura en 1969. Antes de concretar este gran logro, fue merecidamente laureada con el Premio Nobel en Química en 1964.
Su brillante desempeño académico no la alejó de la problemática social de su tiempo. Presidió la Conferencia de Pugwash de 1976 a 1988, institución que nuclea a científicos e intelectuales de diversas áreas preocupados por la paz mundial, las inequidades sociales y la problemática ambiental. Por su activismo en favor de la paz en tiempos de la Guerra Fría no pudo obtener la visa de ingreso a los EEUU hasta 1990.
Pese a su avanzada edad y a las limitaciones físicas adicionales impuestas por la artritis que padecía, con más de 80 años, realizó un recorrido por Estados Unidos dando charlas a auditorio lleno sobre la insulina y la técnica cristalográfica. Falleció en 1994. Por sus aportes a la química estructural mediante la técnica de difracción de raxos X, la Unesco declaró a 2014 (50 aniversario del otorgamiento del Premio Nobel a Dorothy Crowfoot) Año Internacional de la Cristalografía.