Fachada de la casa de Rivera | Autor: Disman Anchieri | Licencia: Creative Commons Atribución 2.0 Genérica
En el período en el que se realizó la fundación, el territorio actual de nuestro país se encontraba ocupado por fuerzas portugueses. Estas derrotaron en 1820 a las tropas orientales al mando del Gral. José Artigas.
El prof. Luis A. Fernández sostiene que “A los habitantes del nuevo poblado se les concedieron tierras de pastoreo y cultivo que se fueron tomando del territorio próximo pero siempre al sur del río Yi. Esta zona parcelada y distribuida tuvo límites imprecisos hasta que la ley del 14 de julio de 1873, 52 años después de la fundación de San Pedro del Durazno, los determina con exactitud. Con esta segunda variante queda al sur del Yi, como apéndice de la importante zona referida, una porción territorial de reducida superficie, limitada por el propio Yi y los arroyos Maciel, Batovì y Sauce de Villa Nueva”.
El trazado de la ciudad, diseñado por Pedro Delgado, fue proyectado en damero con la plaza principal ocupando una de las manzanas y las calles orientadas a medios rumbos. Se siguieron las pautas establecidas por las leyes coloniales en relación a la fundación de ciudades, las que determinaban la elección de un lugar alto, ventilado y con acceso al abastecimiento de agua potable.
Uno de los personajes que tuvo mayor influencia en los primeros tiempos de la villa fue el Gral. Fructuoso Rivera. Este caudillo se convirtió en una de las figuras orientales más importantes luego de la derrota artiguista.
La fundación de la Villa de San Pedro se formó, entre otras razones, con la finalidad de agrupar familias que se encontraban dispersas en el interior de la provincia luego de la guerra. Según un informe de Rivera, ya elegido como primer presidente constitucional, del 19 diciembre 1831: “ la villa del Durazno debe su fundación a la necesidad reconocida por el gobierno portugués de reunir en un punto del estado diversas familias que, falta de terrenos propios y de medios para adquirirlos se veían expuestas a una miseria peligrosa y formar una barrera contra la invasión de los indios salvajes y cuartel de policía rural”.
Según el investigador E. Martínez, al finalizar el año 1821 Rivera trajo del paraje Clara un crecido número de familias. Otras familias acudieron desde diversos puntos: muchas de Cerro Largo, otras de San José, San Carlos, Florida, y Porongos, algunas de Montevideo y Canelones.
La población, casi enteramente criolla, no vaciló en adherir a la “Cruzada Libertadora de 1825” cuando Juan A. Lavalleja inició la guerra contra Brasil. Estuvo representada en la Asamblea de la Florida por Juan Bautista de León y luego de declarada la Independencia el pueblo comenzó a llamarse comunmente Villa del Durazno.
Con el transcurrir del tiempo, la llegada del ferrocarril en 1874 y de múltiples oleadas de inmigrantes españoles, italianos, ingleses, libaneses, entre otros, la fisonomía del pueblo fue cambiando hasta forjar su identidad actual.
Fuentes
Campodónico, C, y Westtein, G. (1970), Durazno, Uruguay, Montevideo: Nuestra Tierra.
Martínez, E. (2011), Ciudades intermedias del Uruguay. Durazno, Uruguay, Montevideo: CIU