Inicialmente fue impulsada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por su sigla en inglés), organización no gubernamental responsable desde su creación en 1961 del cuidado de las áreas protegidas y del medio ambiente.
Lo que empezó en Sidney (Australia) en marzo de 2007 se ha convertido en un movimiento global que ha llegado a miles de ciudades de 188 países y sus territorios.
Se trata de un apagón eléctrico voluntario a escala global. En él se pide a personas y empresas apagar luces y aparatos eléctricos no indispensables durante una hora, desde las 20:30 hasta las 21:30 hs. de este sábado 26 de marzo.
Con esto se intenta crear conciencia acerca de la necesidad de tomar medidas urgentes contra el cambio climático producido por la actividad humana y con efectos devastadores sobre nuestra propia especie. En dicho contexto también se procura desarrollar acciones, elementales pero de fuerte valor simbólico, como la reducción de emisiones contaminantes, de contaminación lumínica y el ahorro de energía.
Quienes promueven esta Hora del Planeta alertan que estamos muy cerca de los llamados “límites planetarios”, que el cambio climático ya es un hecho consumado y que sus consecuencias, si no se actúa rápido y bien, comprometen el destino de la Vida tal como la conocemos.
Si bien es cierto que el vocablo ECOLOGÍA tiene sus orígenes germánicos hacia mediados del siglo XIX, la noción moderna y el desarrollo de esta ciencia debe mucho al biólogo Eugene Odum quien junto a su hermano Howard escribió en 1953 “Fundamentos de ecología”.
Su matriz etimológica en lengua griega nos remite a “oikos” (“casa”, por esta casa de todos que es nuestro planeta) y a “logos” (el pensamiento y la razón que posibilitan la argumentación por medio de la palabra y con ello la Ciencia que procura explicar las leyes del Universo).
Las acciones cotidianas importan sustantivamente y en la labor educativa de nuestras comunidades está el fundamento para conductas responsables y comprometidas. Encontrar un estilo de vida más austero y sostenible permitirá la utilización racional y planificada de los suelos y de los cursos de agua. La conservación de los bosques, de los mares y de los recursos naturales es indispensable para la salud de esta “casa de todos” que es el Planeta.