Fotografía de Eduardo Mateo | Autor: Horacio Molina | Licencia: dominio público
Su padre era feriante y carnavalero y su madre que trabajaba como limpiadora en la casa del insigne compositor Eduardo Fabini, a quien escuchaba frecuentemente tocar el violín y el piano, fué quien selló su destino como músico aún antes de nacer: "Cuando yo tenga un hijo le voy a poner Eduardo, para que sea músico como don Eduardo".
A los 14 años su abuela le regaló la primera guitarra. En menos de una década "Mateo pasó a ser uno de los músicos más conocidos y respetados dentro del ambiente musical montevideano y el líder de legendarios grupos como "Los Malditos" y "El Kinto" primer grupo "beat" que incorporó percusión latina "Cuando todavía aquí no se conocía a Santana". Reconocido como padre de la fusión de nuestro único ritmo autóctono, el Candombe, con otros ritmos contemporáneos, Mateo, en opinión de los más destacados músicos uruguayos de todas las corrientes, no solo marcó un estilo sino que impuso, digamos, una síntesis. Fue el creador de la Idea de lo que hoy en día es la música popular uruguaya. Sin Mateo la música uruguaya no sería lo que es.
De su obra han quedado registrados cuatro fonogramas individuales: "Mateo solo bien se lame" (1972), "Cuerpo y alma" (1984), "La Máquina del Tiempo presenta Mal tiempo sobre Alchemia" (1987) y "La Máquina del Tiempo - La Mosca" (1989), y cuatro fonogramas en colaboración: "Mateo y Trasante" (1978), "Mateo y Cabrera" (1987), "Botija de mi país" con Ruben Rada (1987) y "Teatro de Verano en vivo" con Hugo Fattoruso, Rada, entre otros (1989).
A Eduardo Mateo le tocó desarrollar su obra en una época particularmente oscura e intolerante de la vida del país. Marginado por "una sociedad que se niega a aceptar el hecho de que las personas sean diferentes" no sólo como ser humano cuestionable que en definitiva todos lo somos, sino también como artista, vivió en condiciones de miseria a pesar de ser "uno de esos talentos descomunales que aparecen cada tanto" y murió prematuramente a la edad de cincuenta años en una cama del Hospital de Clínicas, el 13 de mayo de 1990.