Alfonsina Storni a los veinticuatro años de edad | Autor: desconocido | Licencia: Dominio público
Alfonsina Storni nació en Sala Caprisca, Cantón Ticino de la Suiza italiana, el 29 de mayo de 1892. Sus padres, Paulina Martigioni y Alfonso Storni, oriundos de Lugano, Suiza, habían vivido en San Juan (Argentina) desde 1885. Allí nacieron los dos primeros hijos del matrimonio: Romero y María. En 1889 regresaron a Suiza, donde vivieron hasta 1896, año en que la familia Storni regresó a San Juan. En esta ciudad realizó la futura poetisa sus estudios primarios y escribió su primer poema, a los 12 años. Ya desde esa época contribuía con la economía familiar realizando trabajos de bordado y costura junto con su madre y su hermana.
En 1907 Alfonsina ingresó en la compañía de teatro de Manuel Cordero, con la que representó la obra La pasión. Más tarde se incorporó a la compañía de José Tallaví y realizó una gira teatral por todo el territorio argentino durante un año. Abandonó, a su regreso, la actividad teatral para dedicarse a enseñar en la escuela de su madre, quien se había trasladado a Bustiza.
Hacia 1909, Alfonsina viajó a Coronda, en donde se inscribió en la Escuela Normal Mixta de Maestros Rurales, recién inaugurada; egresó de esta institución dos años después, en 1910. Inició su carrera docente en 1911, en la escuela elemental n.° 65 de Rosario. Ese mismo año publicó sus primeras poesías en las revistas locales Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Al final del año lectivo, renunció a su cargo en el mencionado centro educativo y se instaló en Buenos Aires. Allí nació, en 1912, su único hijo, Alejandro Alfonso, fruto de una relación con un diplomático. Para mantener a su hijo, debió trabajar, desde 1913, como cajera en una tienda y en una farmacia, realizando en forma paralela sus primeras colaboraciones para la revista bonaerense Caras y Caretas. Posteriormente participó en La Nota, El Hogar y Mundo Argentino. Editó su primera obra, La inquietud del rosal, en 1916 y un año más tarde recibió el Premio Anual del Consejo Nacional de Mujeres.
1920 resultó un año prolífico para la poetisa: visitó Montevideo para brindar una conferencia sobre Delmira Agustini en la Universidad; publicó su segundo libro, Languidez, por el que recibió el Primer Premio Municipal y el Segundo Premio Nacional de Literatura; colaboró, desde ese entonces, con La Nación y adquirió la ciudadanía argentina por convicción. En forma paralela a su actividad de escritora, se dedicó a la docencia. Desde 1921 ocupó la cátedra de Teatro Infantil Lavardén; se desempeñó desde 1923 como profesora de Lectura y Declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas, y desde 1926 en la cátedra de Música y Declamación del Conservatorio de Música, también trabajó en la escuela de adultos Bolívar dictando clases de Castellano y de Aritmética.
Luego de la edición de Ocre, en 1925, colaboró con José Quesada en la organización de la Primera Fiesta de la Poesía en Mar del Plata, donde se presentó al público junto con un grupo de poetas.
Su primera obra de teatro, El amo del mundo, fue estrenada en 1927 por la compañía de Alejandro Flores y Fanny Brenna; asistieron al estreno el presidente Alvear junto con otras altas autoridades de la época. La obra fue retirada de cartel a los pocos días y Alfonsina debió enfrentar agudas críticas hacia aquella, que canalizó en el artículo «Entretelones de un estreno».
Junto con Blanca de la Vega, emprendió en 1930 un viaje a Europa. Dictó conferencias en España con extraordinario éxito y visitó su pueblo natal, Sala Caprisca, donde, con profunda emoción se reencontró con gente y lugares y muy queridos. Dos años más tarde, volvió a Europa con su hijo; a su regreso publicó Dos farsas pirotécnicas.
En 1934 publicó El mundo de siete pozos; su hijo afirmó que esta fue la época más feliz y despreocupada de la poeta, que había consolidado su prestigio en el ámbito nacional e internacional y era valorada en el ambiente literario por sus colegas. Al año siguiente, durante su estadía en playas uruguayas, Alfonsina se descubrió un tumor en el pecho izquierdo por el que fue operada poco después.
Hacia enero de 1938, visitó nuestro país para participar de un encuentro junto a Grabriela Mistral y a Juana de Ibarbourou, invitada por el ministro de Instrucción Pública. En esa ocasión brindó una conferencia titulada Entre un par de maletas a medio abrir y las manecillas del reloj, escrita sobre su maleta durante el viaje desde Colonia a Montevideo.
Entretanto, la enfermedad que le había sido diagnosticada en 1934 había recrudecido. Alfonsina, entonces, tomó la decisión de quitarse la vida. Se instaló en Mar del Plata, donde escribió su último poema «Voy a dormir», dejó dos cartas a su hijo y en la madrugada del 25 de octubre se arrojó al mar.
Alfonsina Storni es considerada una de las figuras más relevantes de la literatura del siglo XX. Horacio Bega Molina sintetizó el aporte de la poeta argentina al panorama literario de su época: «Ironía, humorismo, docilidad contemplativa, incertidumbre y cierta acerada interpretación de los temas son sus características distintivas [...] A cada mano su espiga. Y la de Alfonsina tiene la suya, dorada y crespa, convertida ahora en la vara de su autoridad poética». (2)
"Me habían dicho «Alfonsina es fea», y yo esperaba una fisonomía menos grata que la voz escuchada por teléfono, una de esas que vienen a ser algo así como el castigo dado a la criatura que trajo excelencia interior. Y cuando abrí la puerta a Alfonsina, me quedé desorientada, y hasta tuve la ingenuidad de la pregunta: «¿Alfonsina?», «Sí, Alfonsina», y ella se ríe con una buena risa cordial.
Extraordinaria la cabeza, pero no por rasgos ingratos sino por un cabello enteramente plateado, que hace el marco de un rostro de 25 años. Cabello más hermoso no le he visto: es extraño como lo fuera la luz de la luna al mediodía. Era dorado y alguna dulzura rubia queda todavía en los gajos blancos. El ojo fiel, la empinada nariz francesa, muy graciosa, y la piel rosada, le dan alguna cosa infantil que desmiente la conversación sagaz de mujer madura. Pequeña de estatura, muy ágil y con el gesto, la madera y toda ella, jaspeada, (valga la expresión) de inteligencia. No se repite, no decae, mantiene a través de un día entero de compañía su encanto del primer momento [...].
Profunda, cuando quiere, sin trascendentalismo; profunda porque ha sufrido y lleva como pocas la cavadura de la vida. Alegre, sin esa alegría de tapiz coloreado de las gentes excesivas, con una alegría elegante hecha de juego. Muy atenta a quien está a su lado, con una atención hecha de pura inteligencia, pero que es una forma de afecto. Informada como pocas criaturas de la vida, dando el comentario oportuno de las cosas más diversas; mujer de la gran ciudad que ha pasado tocándolo todo e incorporándoselo. Alfonsina es de los que conocen por la mente tanto como por la sensibilidad, cosa muy latina.
Sencilla, y hay que repetir que con una sencillez también elegante, pues andan ahora muchas sencilleces desgarbadas, que empalagan tanto como el preciosismo, su enemigo.
Una ausencia igual de la ingenuidad y de la pedantería. Y una seguridad de sí misma que en ningún momento se vuelve alarde, seguridad de quien ha medido sus fuerzas en una vida dura y está contenta de sí misma . Sonriendo me dice, y acentúa este rasgo suyo; «Alfonsina quiere decir dispuesta a todo» [...] París, marzo de 1926". (1)
(1) De esta manera, describió Gabriela Mistral a quien fuera una de las más destacadas voces femeninas de la poesía latinoamericana del siglo XX.
Obras en verso
1916 -La inquietud del rosal - Buenos Aires, Juan Roldán editor
1916 -El dulce daño -Buenos Aires, Coopertativa Editorial Limitada
1919 -Irremediablemente - Buenos Aires, Cooperativa Editorial Limitada
1920 -Languidez -Buenos Aires, Cooperativa Editorial Limitada
1925 -Ocre -Buenos Aires, Editorial Babel
1934 -Mundo de siete pozos -Buenos Aires, Editorial Tor
1938 -Mascarilla y trébol -Buenos Aires, 1938
1938- Antología poética - Buenos Aires-México, Editorial Espasa-Calpe S. A.
Obras en prosa
1926 -Poemas de amor -Buenos Aires, edición de Nosotros
1926 -Diario de una ignorante - Buenos Aires, La Nación
1926- Cuca (cuento) - Buenos Aires, La Nación
1937 -Entretelones de un estreno (conferencia) -Buenos Aires
1938 -Carnet de ventanilla, Buenos Aires, La Nación
Teatro
1927 -El amo del mundo -Buenos Aires, revista teatral Bambalinas
1931 -Dos farsas pirotécnicas -Buenos Aires, Cooperativa Editorial Buenos Aires
Teatro infantil
El dios de los pájaros -comedia musical en 4 cuadros
¡Blanco, negro... blanco! -fantasía en 4 cuadros
Los degolladores de estatuas -comedia de muñecos en un acto
Sirvienta moderna -comedia en un acto
Pedro y Pedrito -comedia en un acto
Los cazadores de fieras -comedia en un acto
Bibliografía
Mistral, Gabriela: Alfonsina Storni. Algunos semblantes, en: Zegers. Pedro P.; Gabriela Mistral. Pensamiento feminista. Mujeres y oficios, Santiago de Chile, Ril editores.
Nalé Roxlo, Conrado, Mármol, Mabel: Genio y figura de Alfonsina Storni, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1966.
Orosco, María Teresa: Alfonsina Storni, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Instituto de Literatura Argentina, 1940, p. 315.
Salomone, Alicia N. et all.: «Mujer, ciudad y subliteratura en la textualidad de Alfonsina Storni» en: Modernidad en otro tono. Escritura de mujeres latinoamericanas: 1920-1950, Santiago, Editorial Cuarto Propio, 2004.
(1) Mistral, Gabriela: Alfonsina Storni. Algunos semblantes, en: Zegers. Pedro P.; Gabriela Mistral. Pensamiento feminista. Mujeres y oficios, Santiago de Chile, Ril editores, 1999.
(2) Rega Molina, Horacio: «Alfonsina Storni en una crónica de París», Buenos Aires, Diario El Mundo, 13 de diciembre de 1938, citado por: Orosco, María Teresa: Alfonsina Storni, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Instituto de Literatura Argentina, 1940, p. 315.