Albert Einstein 1921 | Autor: desconocido | Licencia: dominio público
En 1894 tras la quiebra del negocio de su padre, la familia Einstein se muda a Milán. El joven Einstein, con sólo quince años se dirige a Suiza para matricularse en la prestigiosa escuela técnica de Zurich. De esta época data el célebre experimento mental en el que Einstein se imagina un viaje montado sobre un rayo de luz. Esta forma creativa de abordar los problemas físicos unida a una gran capacidad para las matemáticas serían determinantes en las novedosas y brillantes soluciones que encontraría para algunos de los mayores desafíos de la física de su tiempo.
Einstein nace en una época optimista en la historia de la ciencia. El desarrollo de la teoría electromagnética y la formalización de la termodinámica parecían completar una descripción coherente del mundo físico iniciada con la mecánica de Newton. Ciertamente, algunos fenómenos “marginales” aguardaban su turno para encajar en el modelo mecanicista: el espectro de emisión de un “cuerpo negro”, el efecto fotoeléctrico, la detección del huidizo medio de propagación de la luz y la misteriosa emisión de radiación ionizante por parte de ciertas sales de uranio ... Nadie imaginaba en las postrimerías del siglo XIX, que un terremoto estaba a punto de sacudir los cimientos de la Física, terremoto cuyos ecos se extienden hasta nuestros días y que ha transformado radicalmente nuestra concepción del mundo.
Tampoco el joven Albert, recién graduado, trabajando como empleado de la oficina de patentes debió prever el impacto de las especulaciones sobre física teórica con las que ocupaba los largos períodos de ocio en su burocrático empleo. En 1905, a los veintiséis años publicó un artículo en el que, mediante desarrollos matemáticos claros y directos, llevaba hasta sus últimas consecuencias el hecho –confirmado por la experiencia de Michelson y Morley- de que la luz se propaga en el vacío, a velocidad constante, independientemente del estado de reposo o movimiento relativos de su fuente emisora. De tales conclusiones nacía la Teoría Especial de la Relatividad: la crisis de la noción de simultaneidad de dos eventos percibidos desde diferentes sistemas de referencia, la dilatación del tiempo, la equivalencia entre masa y energía y otras “extravagancias” -para la descripción clásica del mundo- se hicieron moneda corriente en la nueva Física. Al decir de Isaac Asimov: “Todo aquello violaba el sentido común, pero las piezas encajaban perfectamente.”
El reconocimiento académico fue casi inmediato accediendo a prestigiosas cátedras en Praga (1909) y Berlín (1913).
En 1915 publica un artículo ampliatorio de su teoría en el que expone ideas novedosas sobre la naturaleza de la fuerza gravitatoria. Otra bofetada al sentido común: la masa de un cuerpo debe modificar la geometría del espacio-tiempo circundante; la gravitación debe ser una manifestación de esa “curvatura”. Por lo tanto la luz no puede propagarse en forma rectilínea en las proximidades de un objeto de gran masa como el sol. El eclipse solar total de 1919 permitió poner a prueba estas hipótesis confirmándolas totalmente. Años más tarde, otra de sus predicciones, la existencia de "agujeros negros" también fue verificada.
Einstein recibió el Premio Nobel de Física en 1921, no por la teoría de la relatividad sino por su brillante interpretación del “efecto fotoeléctrico” –basándose en la teoría de los cuantos de Planck- por lo que puede ser considerado uno de los pioneros en la otra rama de la física moderna: la Física Cuántica.
En 1933 los nazis acceden al gobierno de Alemania propugnando una doctrina brutal de intolerancia y antisemitismo. Einstein, de origen judío se encontraba en California y decidió, prudentemente, no regresar a su país. Permaneció viviendo e investigando en los Estados Unidos de América hasta su muerte, el 18 de Abril de 1955.
Sus aportes al conocimiento científico y la profundidad de su pensamiento humanista han sido tan relevantes que es de lamentar que –con demasiada frecuencia- su figura se asocie, en primer lugar, con el desarrollo de la bomba atómica y su utilización sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en 1945, cuando finalizaba la Segunda Guerra Mundial.