La evaluación hoy se halla atravesada por diferentes paradigmas cargados de ideología que tratan de responder las siguientes preguntas: ¿qué aprenden los estudiantes? y ¿cómo medimos tales aprendizajes?
Paradigmas en pugna: algunos sostenidos por “demostrar” ciertas competencias que deberán necesariamente recibir un número y en ocasiones un juicio de cualidades que ayuden al estudiante comprender lo que hizo o no hizo. Otro paradigma que cuestiona las “competencias” y las regulaciones que suponen un lenguaje economicista en las prácticas de aprendizaje y sus consecuencias en aspectos sociales y políticos de formación de un determinado sujeto adscrito a un mercado (neoliberal).
Lo que sí no podemos dejar de considerar es que la evaluación en sí misma supone posibilidad o no de innovación pedagógica y se desprendería un posible cambio.
Artículo de gran interés para docentes a la hora de repensar la evaluación de los aprendizajes.