Se propone abordar el orden como uno de los aspectos del número, desde un contexto lúdico. El juego permite que los alumnos disfruten la actividad resolviendo el problema que éste plantea, con aquellos conocimientos que ya ha construido.
El permitir que el juego se practique en varias oportunidades, hace que las reglas que el docente haya considerado para incitar a un saber nuevo, se internalicen y dejen de ser una preocupación para los jugadores, que podrán resolver las situaciones del juego sin este obstáculo.
Al mismo tiempo será posible resolver situaciones de evocación del juego que el docente proponga para continuar la secuencia planificada. Las mismas permitirán ir tomando distancia del juego en sí, y dejar de hacer referencia a sus reglas, fichas, cartas u otros aspectos que le son propios, para comenzar a trabajar en un campo intramatemático, que permita que los conocimientos trabajados, discutidos y acordados en el grupo, puedan ser el insumo en siguientes juegos o actividades.
En este sentido, coincidimos con Alonso, Damisa, et. al. (2018) en que
"A la hora de jugar, son muchos los aspectos que se conjugan, y es el docente quien cuida esa trama lúdica atendiendo a la conformación de duplas o equipos, a la exploración del juego, al respeto de las reglas, al monitoreo del interés de los alumnos, a la duración del juego y a su frecuencia. La exploración del juego que realiza cada alumno en un primer momento es suplantada por etapas interactivas en las que se discute e intercambia acerca de la validez de ciertos procedimientos, de la posibilidad de no cometer errores ya conocidos, de la negociación en relación a la oportunidad para incorporar nuevas reglas. De esta manera, el maestro incluye en la clase de matemática situaciones que promueven la discusión, que desafían a los experimentados jugadores a enfrentarse a nuevos dilemas."
Siguiendo estas ideas se propone un juego adaptado a partir de una grilla numérica que sigue la misma organización de grillas ya conocidas por los niños, comenzando en un nudo con diez columnas que permiten poner en una misma fila toda la familia de dicho nudo. A diferencia de otras tablas trabajadas, ésta comienza en el 140. Claro que si el docente lo considera, podrá cambiar el campo numérico, adaptando el juego a los estudiantes. (Esto es posible dado que el juego presentado está realizado en Genially con la posibilidad de ser reutilizado)
Se sugiere trabajar oralmente antes de iniciar la partida, con la lectura de las reglas de juego para que todos estén en condiciones de jugarlo. Sin embargo, el dejar que ellos mismos descubran la particularidad de los números incluidos en el tablero y sus relaciones, puede tornar el juego más interesante.
Se incluye en esta propuesta una actividad lúdica que puede ser potente al momento de evocar el juego, o puede proponerse como tarea evaluativa diseñando propuestas intermedias entre un juego y el otro.
Se sugiere utilizar otras tablas, variando el número, e incluso utilizando tablas donde se avance de dos en dos o de cinco en cinco, por ejemplo, permitiendo así otras regularidades en la serie. Este tipo de actividades permitirán profundizar en una secuencia respecto a este aspecto del número.
Finalmente, si el docente lo considerara oportuno, podría utilizar también la siguiente propuesta, agregando a la misma preguntas que colaboren en esa búsqueda de propiedades y relaciones que comienzan a realizar los niños en primero y segundo año:
Bibliografía sugerida
ANEP, Ceip (2018) Alonzo, Damisa, et. al. Acompañar y orientar la enseñanza de la matemática en el Primer Ciclo Encuentros con y entre inspectores Disponible en https://www.dgeip.edu.uy/documentos/2020/ceip/CEIP_LibroInspectoresI.pdf
ANEP, Ceip (2016) Alonzo, Damisa, et. al. Libro para el Maestro Matemática en el Primer Ciclo