En entrevista con María Guidali, la Coordinadora académica de Prolee (Programa de Lectura y Escritura en Español) desde comienzos de 2012, recordamos el origen del programa y sus proyectos “nacimos con el cometido de elaborar materiales para apuntalar la lectura, pero cuando tomamos la decisión de implementar los proyectos es porque los materiales apuntalan al conocer, y los proyectos apuntalan el ser lector y ser escritor, y ambas cosas deben ir de la mano”.
“Para la escuela es muy difícil quedar en solitario dando el mensaje que leer y escribir es importante. Cuando los niños ingresan a la escuela habiendo ya visto cómo funciona un lector, cómo funciona un escritor y entendiendo qué le significa ese entorno familiar al poder acceder al conocimiento a través de la lectura, en general, le resulta más fácil entender lo que la escuela le está proponiendo” afirmó María Guidali dejando en clara la importancia de vincular la lectura con toda la comunidad, dentro y fuera de la escuela.
El equipo de Prolee cuenta, además, con nueve asistentes técnicos con alta formación académica acompañada por experiencia de aula “no son académicos puros y duros sino que también tienen experiencia en este área con estudiantes, lo que nos permite tener más a mano la percepción sobre lo que está pasando en torno a la lectura y la escritura.”
Biblioteca solidaria, uno de los proyectos que llevan adelante, está directamente relacionado con el propósito de que los niños expandan sus referencias culturales y accedan a una mayor y mejor comprensión de los textos escritos, apelando a los diversos actores de la comunidad para instalar la lectura frecuente. Se promueve un nuevo sentido sobre la lectura, desde el “un deber ser en la escuela” al de la lectura como experiencia gratificante. Actualmente participan de este proyecto 1000 escuelas del Consejo de Educación Inicial y Primaria de Uruguay y 14 de República de Paraguay (a través de un proyecto de cooperación internacional sur-sur) y más de 6 mil personas voluntarias que semanalmente ingresan a la escuela permitiendo fortalecer la articulación de todos los actores, los docentes, la localidad y los niños.
“Hasta el momento la escuela estaba convocando a la comunidad para salvar cuestiones edilicias, proyectos más vinculados a las salidas didácticas, cómo financiar determinadas cuestiones que la escuela precisaba. Pero en este proyecto se los está convocando a ser coeducadores y ellos han asumido ese rol con un gran compromiso. La comunidad está integrada por una diversidad inmensa de actores, hay policías comunitarios, hay profesionales jubilados, personas que no han terminado primaria sin embargo sienten este compromiso de que si saben leer van y vuelcan ese saber en beneficio de los niños”, explica Guidali sobre esta experiencia.
Jóvenes Lectores, otro proyecto que se implementa desde 2017 con toda educación media, intenta fortalecer principalmente la fluidez de lectura, “en tanto las investigaciones han demostrado que hay una relación directa entre las posibilidades de leer con cierta fluidez y comprender el texto que estoy leyendo”.
Cuenta con una duración de tres meses. Durante el primero se realizan cuatro talleres en el cual se forman como mediadores de la lectura. Luego, los participantes realizan un mapa de la comunidad e identifican cuáles son las organizaciones de la zona que trabajan con la primera infancia para luego elegir una institución y crear un compromiso de leerles durante los dos meses siguientes la colección de libros que Prolee les provee.
La coordinadora destaca, “los jóvenes asisten con muchos elementos identificatorios como es el morral y el pin, para que la comunidad se entere que estos jóvenes que están circulando por el barrio tienen un cometido muy importante: acercar a la lectura y a los niños que se están formando como lectores (...) Con el pretexto de leer a otros de la mejor manera posible, los jóvenes practican esta lectura, se la llevan a sus casas y se van fortaleciendo como lectores. Nosotros creemos que este fortalecimiento es transferible a cuando tienen que estudiar, cuando tienen que leer textos de estudios y los encuentra de otra manera parados.”
Se encuentran abiertas las inscripciones de la cuarta edición de este proyecto para los centros que deseen participar en 2019. En el caso de educación media rural el formulario estará disponible hasta el 15 de marzo aquí. En el caso de los centros de educación media que deseen ingresar al proyecto (con excepción de los centros de educación media rural) pueden escribir a prolee@anep.edu.uy manifestando su interés, y en el caso de reinscripción para centros ya participaron de "Joven Lector" en ediciones anteriores estará disponible hasta el 23 de marzo aquí.
El tercer proyecto, inaugurado en 2018 y destinado a estudiantes de magisterio y formación docente, es la Muestra itinerante de literatura infantil que se implementó en cuatro Institutos de Formación Docente (IFD).
En cada instituto participante se conforma una comisión de al menos 15 estudiantes que serán los responsables de hacer realidad la llegada de los 200 libros de literatura infantil, junto con sus exhibidores, catálogo y guía de recorrido, y liderarán el proyecto localmente para acercarlo a los demás estudiantes y luego a las escuelas de la zona y comunidad en general. Desde Prolee se afirma que se elige esta dinámica porque “un proyecto cuando se siente propio -porque tiene un espacio en el que cada uno puede darle una impronta de acuerdo a sus necesidades, su forma, la dinámica que tiene la institución- es más probable que se sostenga que si fuera algo rígido o impuesto. Se da un esqueleto, y a partir de eso los estudiantes lo desarrollan”.
En 2019 Prolee contará con nuevos proyecto pero su coordinadora pone énfasis en que el gran desafío se encuentra en mantener los ya construidos. “Uno de los grandes desafíos para Prolee es ir sosteniendo estos procesos culturales en el tiempo, ya que en tanto no se puedan sostener -el cambio de práctica, las modificaciones de las perspectivas de los docentes en relación a la escritura y la escritura, o las modificaciones de las percepciones de la propia comunidad - no alcanzarán sus cometidos. Esto implica muchísimo trabajo de logística, de seguimiento, de las compañeras en permanente diálogo con los involucrados.”