«La Caverna» es un espacio de encuentro filosófico virtual multiplataforma

Sobre el canal de difusión filosófica, en Instagram, "La Caverna". Una aproximación como respuesta: el encuentro como herramienta.

Introducción

«La Caverna» es un espacio de encuentro que tiene como finalidad fomentar y desarrollar el pensamiento crítico-filosófico. A partir de la situación global de la pandemia Covid-19, el concepto de la alegoría de la caverna de Platón resultó acertado para describir nuestra situación (curiosamente, más de lo que ya el concepto nos tiene acostumbrados).

Así, desde esa caverna en la que todos y todas estamos inmersos estos tiempos, sea desde el confinamiento (en los casos que ha sido posible), o sea desde la virtualidad enraizada en nuestra cotidianidad, el espacio surgió como excusa para generar un poco de filosofía, tomando una situación que perfectamente entraría en lo que Jaspers llamó situación límite, concepto que se vincula con los orígenes que el autor mencionado identifica con la filosofía. De esa manera, tomando como disparador los desafíos más evidentes de nuestro tiempo, nació la idea de llevar adelante un proyecto de divulgación de filosofía. Varios son los factores que llevan a creer que la filosofía encuentra, en nuestra sociedad, no solamente una urgente necesidad sino también campo fértil. Sea por una especie de “moda” que se ha visto en nuestros días, en relación a ciertas corrientes “deconstruccionistas”, creí adecuado agregarle a ese contexto el hecho de que tanta gente quedó en un contacto constante con sus redes sociales, especialmente en la primera etapa del confinamiento.

En ese sentido, el proyecto busca llevar a la filosofía más allá de las paredes del aula y también de sí misma. Entendiendo al pensamiento filosófico en analogía con un músculo, que de no ser ejercitado comienza a estropearse, este proyecto busca aportar un granito de arena en el desarrollo y elaboración de pensamiento crítico. Desde distintas expresiones socio-culturales y junto a varios colegas de diversas disciplinas que han decidido sumarse a esta iniciativa, buscamos generar una multiplicidad de aportes que permitan hacer de la filosofía una excusa para encontrarnos y rememorar esa máxima filosófica, de Marx y Engels (2004) la cual sostiene que hasta el momento, los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo, mientras que de lo que se trata es de transformarlo.

La filosofía, en tanto hija de su tiempo, nos interpela a partir de los problemas propios de nuestra actualidad. La COVID-19, o mejor dicho el fenómeno de la pandemia, no solamente alteró el eje de nuestros cursos, para empezar. La pandemia trastoca al propio globo en sus múltiples dimensiones (sean estas políticas, sociales, económicas, sanitarias, filosóficas, etc.), que ve cómo la demanda dirigida hacia los órdenes establecidos le exigen lograr estar a la altura de las medidas sanitarias necesarias por parte de los estados nacionales, que de paso recordaron (como quien olvida nuevamente a su propia historia) que por sí mismas nuestras naciones latinoamericanas solo logran sucumbir juntas. El trasfondo, en el que los sistemas políticos que pretendían mantener una estabilidad democrática también vieron la amenaza/oportunidad de la pandemia (dependiendo de su contexto local en relación a las movilizaciones populares), dieron con la ineludible realidad en la que los órdenes decadentes exigen visualizar la necesidad de acuerdos colectivos, a contracorriente de la racionalidad hegemónica de la aceleración. Los tiempos acelerados no son un patrimonio exclusivo de nuestro tiempo, pero sí presentan la particularidad de avasallar nuestra realidad. Desde nuestro lugar docente, la dimensión educativa es suficiente para comprender la magnitud de ese “trastoque”, pero añadiendo una perspectiva filosófica, también podemos decir que ese efecto lo encontramos en nuestras dimensiones antropológicas como especie humana, gnoseológicos en cuanto a la interpelación de esta “nueva normalidad” ante un sistema democrático que pende de un hilo de credibilidad (sin mencionar que lo fuerza día tras día hasta un nuevo límite) y, por supuesto, se observa un trastoque fundamental en la dimensión filosófica. Podríamos añadir la dimensión ética sin problema, concluyendo que todas las disciplinas filosóficas se ven interpeladas en nuestros tiempos a través de este virus que, como no quiere la cosa, le puso un enorme espejo a nuestras sociedades y desnudó sus máscaras para preguntarnos, viéndonos directo a nuestros ojos: ¿Hasta cuándo será hegemónica la felicidad entendida en clave individual? ¿Lograremos derrocar el dogma del bienestar entendido como sinónimo de consumo, antes de que nuestros fetiches de mercancía derroquen nuestras posibilidades de entender un “nosotros” político? ¿Estamos condenados a la rabia e impotencia frente a las injusticias cotidianas o tenemos posibilidad de hacer valer un colectivo que imponga su sensibilidad social?

Lejos de cerrar el debate, este breve artículo pretende compartir la preocupación: ¿A dónde vamos como colectivo social?  

Una aproximación como respuesta: el encuentro como herramienta

La Caverna ha comenzado, en las primeras semanas del confinamiento, de una forma bastante sencilla. A través de encuentros virtuales por Instagram, distintos usuarios y usuarias se sumaban y desde allí se intercambiaba a partir de disparadores que fueran surgiendo. Al poco tiempo, el profesor Ignacio Diperna escribió, interesado en participar. Así se comenzó, hasta que semanalmente se fue desarrollando un espacio de intercambio filosófico virtual. Además del colega, distintas personas se han ido sumando al espacio, dando participación a diputados nacionales, artistas emergentes, artistas de carnaval, actores, docentes de historia, comunicadores, activistas sociales, asesores internacionales en materia de comunicación y democracia, fotógrafos, militantes sociales del área carcelaria contrarios al punitivismo, maestros rurales y organizadores de ollas populares.

No se tiene la más mínima duda de que el contenido que ha surgido me es motivo de orgullo. Y mucho menos de que si no fuera por estos invitados e invitadas, el espacio de La Caverna no sería posible. Esto se afirma tanto desde lo comunicacional, entendiendo que el espacio de intercambio requiere de al menos dos personas en su intercambio oral, como también lo afirmo desde un lugar filosófico. La Caverna cuenta con el plus de las múltiples miradas que se encuentran para intercambiar a partir de esa diversidad de voces y opiniones. Así, con el correr de las semanas, lo que comenzó siendo un espacio de intercambio espontáneo con ciertos ejes filosóficos, terminó siendo la filosofía como nexo temático, en encuentro con múltiples ramas del saber.

 

 

Referencias.

Marx, K., & Engels, F. (2004). Tesis sobre Feuerbach. El Cid Editor.

 

 

Autor
Mederos Turubich, Nicolás
Responsable
Regueiro, Marolyn
Destinatarios
Fecha de publicación
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Asignatura / Especialidad
Créditos

Para más información,, puedes visitar las redes del proyecto:

Web del proyecto https://la-caverna1.webnode.com.uy/

Instagram, donde puedes encontrar los videos de los intercambios en Vivo

Canal Instagram del proyecto y canal Instagram del Nicolás Mederos  
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Imagen descriptiva realizada por Nicolás Mederos a partir Veldkamp, ​​Gabriele y Maurer, Markus / CC BY-SA e iconos diseñados por freepik