Red de promotores ambientales

Designado en representación de la ANEP por la Dirección Ejecutiva de Políticas Educativas, participó como expositor en el panel “Educación y Ambiente” el Coordinador de Políticas Educativas Ambientales y Desarrollo Sostenible, Lic. Horacio Soares de Lima.

 

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A continuación publicamos algunos segmentos de la exposición y el debate.

 

PREGUNTA: ¿CÓMO PUEDE CONTRIBUIR LA POLÍTICA DE EDUCACIÓN A LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE?

  1. Desde setiembre de 2021 se trabaja en la creación de una Dirección de Políticas Educativas Ambientales. Nuestro esfuerzo se enfoca en lograr que en este período de Gobierno la ANEP genere en su estructura institucional una Dirección con un Equipo Técnico de Educación Ambiental, como lo tiene el Ministerio (gente que trabaja hace muchos años en E.A.) o la Intendencia de Mdeo. Es algo básico, elemental, para jerarquizar en el seno de la EDUCACIÓN PÚBLICA la responsabilidad que como País hemos asumido ante Naciones Unidas con los O.D.S 2030 (estratégicos para la gobernanza global) y bien concretamente el O.D.S. Nº 4 “educación de calidad”.
  2. Se trabajará además en la incorporación de contenidos acordes en el rediseño curricular que se está procesando (existen antecedentes que reformular, ej. Programa 2008 DGEIP)
  3. Desde la D.E.P.E. se ha dado apoyo institucional a algunos proyectos como el de Acción Climática para Educadores, con su declaración de interés educativo. Otro tanto se ha hecho con el impulso a diversas iniciativas que desde lo público y lo privado se basan en conocido paradigma de las 3R REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR (casos como Fundación MAPEKO y Montevideo Más Verde).
  4. La ANEP trabaja en el seguimiento del Programa EUROCLIMA, viendo la mejor manera de aportar a la gestión del conocimiento resultante, bajando (o mejor dicho, subiendo) a los ámbitos educativos de los distintos subsistemas (Escuelas, Liceos, UTU, IFD de los 6 departamentos de la cuenca S.L.) los requerimientos de difusión y formación que coordinemos con la DINAGUA.

PREGUNTA: ¿QUÉ LUGAR OCUPA O DEBERÍA OCUPAR LA EDUCACIÓN AMBIENTAL?

El CAMBIO de MODELO empieza en las aulas. La LABOR EDUCATIVA de generar conciencias y promover el desarrollo de conductas (individuales y colectivas) es lo que nos permitirá avanzar y hacer cierto un nuevo modelo de desarrollo humano.

Deberá ocupar UN LUGAR CENTRAL, de compromiso, ya que la investigación y la docencia son ámbitos naturales donde profundizar para comprender y asumir esta problemática y los retos eco-sociales a los que nos enfrentamos en semejante coyuntura de Cambio Global. Uno de los grandes desafíos que en la EDUCACIÓN tenemos es el de encontrar vías de transformación hacia la sostenibilidad de los sistemas socio-productivos, apoyándonos en nuestros contextos y recursos educativos.

Para eso debemos enfocarnos en desarrollar marcos conceptuales rigurosos y estrategias que contribuyan a la construcción de sociedades en las que el bienestar humano y el cuidado de la naturaleza puedan coexistir (deben hacerlo), utilizando una perspectiva sistémica y transdisciplinar.

LES CUENTO UN CASO. Un ejemplo de cómo este nuevo paradigma de abordaje de la problemática socio-ambiental se asocia con la Educación Pública y se incorpora al quehacer educativo es la creación de un AULA SUSTENTABLE como la que tenemos en TACUAREMBÓ, en la Colonia de Vacaciones del “I-porá” (I-porá: agua linda).

Se trabaja para que esa SUSTENTABILIDAD (en verdad esa SOSTENIBILIDAD, surgida de nuestras acciones) se alcance, habilitando un tipo singular de experiencia formativa que, sin dejar de ser educación formal, incorpore hábitos y prácticas bien cercanos a una fuerte valoración y compromiso con los ciclos vitales de los ecosistemas:

  • desde la construcción con maderas y materiales nobles de la región hasta las huertas orgánicas con su compostaje
  • desde los paneles de Energía fotovoltaica hasta la reutilización del  agua en sus usos
  • desde una gestión responsable de los residuos hasta el reconocimiento de flora y fauna autóctonas o hasta el control de una exótica invasora.

Cosas como estas están pasando, construyéndose colectivamente ahí en el “I-porá”, esa “agua linda” en lengua guaraní.

Permítanme una digresión: el guaraní más vivo que nunca en nuestra toponimia y en tantos usos y costumbres (sobre todo en el norte y en el litoral) evidenciando y poniendo en valor esa común unidad sociopolítica de origen que compartimos muy fuertemente con otros territorios, que hoy son espacios sub-nacionales de otros países.

Y volviendo a nuestra AULA (la del “I-porá”) tengamos claro que esas cosas surgen por actos administrativos sostenidos por decisiones políticas, es verdad; pero no menos cierto es que evolucionan y se desarrollan por la paciente labor educativa, por el trabajo responsable, consciente y comprometido de mujeres y de hombres de bien que, a pesar de las cumbres cotidianas que deben repechar, también ejercen su derecho al ENTUSIASMO, del que tanto se benefician los gurises y nosotros también.

Así que aún estamos a tiempo de APRENDER a EDUCAR, como para que esa agua linda… significado y emblema del “I-porá sea nuestra limpia agua de mañana.

 

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