Manifestación de obreros en Chicago
En ella se suscitaron hechos de violencia, especialmente en la ciudad de Chicago, que fue el centro principal del movimiento. Como consecuencia de ello, el 21 de junio de 1886, ocho líderes laborales (Parsons, Spies, Fielden, Schwab, Fischer, Lingg, Engel y Nebee) fueron acusados de conspiración para asesinato por la explosión de una bomba que mató a un policía. Parsons, Spies, Fielden, Schaw y Engel fueron ahorcados, Lingg se suicidó en prisión y Fischer y Nebee condenados a cadena perpetua.