Fotografía de Yuri Gagarin | Autor: Arto Jousi | Licencia: dominio público
A bordo de la nave Vostok 1, tuvo el privilegio de ser el primero en observar la Tierra desde el espacio, lo cual le permitió disfrutar de su inmensa majestuosidad y su grandiosa belleza, además de poder comprobar con sus propios ojos la forma casi esférica que caracteriza a nuestro planeta.
En realidad el vuelo fue bastante breve, en aproximadamente 108 minutos la cápsula realizó una órbita alrededor de la Tierra alcanzando una altura de poco más de 300 kilómetros, moviéndose a una velocidad de 27.400 kilómetros por hora.
Cuando el Vostok 1 se aproximaba al final de su recorrido se encendieron los retro-motores, iniciándose así el peligroso regreso a la superficie terrestre. Anteriormente, en pruebas efectuadas a la nave, en un par de ocasiones los motores no habían funcionado correctamente, por lo que se temía lo peor para la reentrada atmosférica a tan elevada velocidad. La parte exterior de la cápsula en la que Yuri Gagarin viajaba, alcanzaría temperaturas superiores a los mil grados debido a la fricción con los gases presentes en esa región que atravesaba. Y mientras la nave se acercaba al suelo terrestre, Gagarin observaba llamas saliendo del Vostok 1 pero sin sufrir ningún efecto, ya que en el interior la temperatura apenas era de veinte grados.
Algunos kilómetros antes de tocar el suelo y tal como estaba planeado, Gagarin abandonó el Vostok1 y descendió usando un paracaídas propio, lo cual fue negado por la propia URSS durante años. Los soviéticos tenían una razón para ello: el piloto no había acompañado la nave hasta que tocó el suelo. Entonces cabía la posibilidad de que las entidades internacionales no reconocieran esta misión, así que se mantuvo en secreto que Yuri Gagarin se expulsó de la nave.
Una de las particularidades que destacó al Vostok 1 fue que el vuelo era totalmente automático, ya que el panel de control estaba bloqueado. Es que los científicos soviéticos desconocían las consecuencias que produciría el efecto de ingravidez, ya que era la primera vez que se viajaría tan lejos del suelo terrestre. Pero Yuri Gagarin poseía un sobre cerrado con el código numérico por si acaso algo fallaba, teniendo la posibilidad de tomar el control manual de la nave.
Sin embargo la misión fue realmente exitosa y tras eyectarse de su cápsula, aterrizó en paracaídas sobre una zona agrícola en las estepas rusas. Según redactan algunas crónicas de la época, Yuri Gagarin comenzó a caminar por un campo que era cultivado por una mujer y su hija de seis años, y cuando lo vieron con su brillante traje espacial presurizado y su casco, se sorprendieron. La mujer le preguntó si venía del espacio exterior, a lo cual Gagarin respondió afirmativamente, que del espacio había venido. Pero finalmente la tranquilizó contándole que era soviético para no causarle más temor.
La hazaña de ser el primer hombre en el espacio comenzaba a tener notables repercusiones. Hasta el propio presidente estadounidense John Kennedy reconoció su importancia, a pesar de que el viaje del Vostok 1 era la segunda bofetada a la carrera espacial americana, tras el lanzamiento del satélite artificial Sputnik 1 en octubre de 1957.
Como era de esperar Yuri Gagarin se convirtió en un héroe nacional. Se le comenzaron a dedicar películas, canciones, plazas y monumentos. ¡Ahora todos los niños rusos querían ser cosmonautas! Para protegerlo se le prohibió cualquier actividad peligrosa que pudiera poner en riesgo su vida. Sin embargo en 1968 piloteando un avión a reacción, sufrió un accidente que le costó la vida. En ese sitio existe un monolito en su memoria y sus restos descansan en el muro del Kremlin.