Pizarro seizing the Inca of Peru | Autor: John Everett Millais | Licencia: dominio público
Durante los años 1524 y 1526, Pizarro inició una serie de expediciones acompañado por Diego de Almagro, capitán con grandes dotes de mando, y un sacerdote, Fernando de Luque, que no dieron resultados efectivos. Pero si confirmaron la existencia de un imperio y noticias sobre las divisiones entre dos hermanos que se disputaban el poder.
Pizarro viajó a España y obtuvo en 1529 las capitulaciones del emperador Carlos V que le otorgaban 200 leguas de tierras al sur del golfo de Guayaquil. De regreso en 1531, partió de Panamá con 180 hombres y se apoderó de la ciudad inca de Tumbez, donde fueron recibidos amigablemente, y desde allí entró en contactos con enviados de Atahualpa para establecer una entrevista. El inca acababa de finalizar una guerra civil con su hermano Huáscar por el poder, a la muerte de su padre Mayna Capac, y aunque Atahualpa había triunfado y apresado a su hermano, el descontento y la división se mantenían.
El encuentro se produjo en la altiplanicie de Cajamarca en donde el inca estaba acampado junto a 30.000 hombres en el otoño de 1532. El 16 de noviembre Atahualpa entró a la plaza de la ciudad precedido por cuatrocientos servidores que debían limpiar el camino por donde éste pasara. En ese momento el padre Valverde pronunció el “requerimiento”, exigencia de obediencia a la corona española, al mismo tiempo que le alcanzaba una Biblia. Atahualpa rechazó el requerimiento, que le debió resultar incomprensible, y arrojó la Biblia al suelo. Esto fue el detonante para que Pizarro ordenara a sus hombres, que se encontraban ocultos, que atacaran a la comitiva utilizando caballos, cañones, y arcabuces. Las armas usadas eran totalmente desconocidas para los incas, lo que originó gran confusión, permitiendo que el inca fuera apresado.
Anulada la cabeza principal del imperio, la resistencia se desarticuló. A la postre y a pesar que Atahualpa pagó un rescate de más de 250 metros cúbicos de oro (más que la producción europea de oro en cincuenta años), fue procesado y ejecutado el 29 de agosto de 1533 acusado de idolatría y de ordenar la ejecución de su hermano. Este hecho había inclinado a los partidarios de Huáscar hacia los españoles. En noviembre de 1533 los españoles hicieron su entrada en la capital, Cuzco, colocando en el trono a Manco Capac II, hermano de Huáscar. De esta forma buscaban contralar el imperio utilizando la estructura administrativa preexistente. Sin embargo, Manco se rebeló en 1536 emprendiendo una lucha de resistencia que se prolongó hasta 1544.