Pintura constructiva | Autor: Joaquín Torres García | Licencia: Dominio Público
Para comprenderlo debemos conocer su trayectoria ya que su obra sólo puede ser interpretada desde el entramado socio-histórico del que emerge. Es necesario entender los períodos por los que transitó, su constante reflexión.
Nace el 28 de julio de 1874 en el barrio de la Aguada de Montevideo. Su padre catalán de origen, es barraquero, su madre, uruguaya. Comienza a dibujar desde un ambiente ajeno a lo académico.
Cuando tiene diecisiete años se traslada con su familia a Cataluña. Vive primeramente en Mataró .En 1892 se instalan en Barcelona, ciudad conmovida por varios hechos relevantes (los vertiginosos cambios de la época y movimientos independendistas al centralismo del gobierno nacional). Allí comienza su formación académica, complementada con las distintas manifestaciones culturales que la ciudad le ofrece.
Colabora con el arquitecto Gaudí en la realización del rosetón de la Sagrada Familia y en los vitrales laterales de la Catedral de Mallorca.
Es un joven entusiasta en discusiones sobre posturas artísticas y comienza a escribir artículos sobre su idealismo en relación con el arte. Se vincula al crítico Eugenio D´Ors a través del arte noucentista.
El espíritu de Noucentismo, término creado por D´Ors para el movimiento artístico impulsado por él con el objetivo de recuperar la esencia de lo catalán, reivindicando el clasicismo de tradición grecorromana con un sentido moderno y el nacionalismo catalán. Junto a Torres García integran el grupo noucentista los artistas catalanes Joaquín Mir, Joaquín Sunyer, Xavier Nogués, Pablo Gargallo, Feliú Elías, Joseph Clará y Pablo Picasso, entre otros.
Excavaciones realizadas en 1909 descubren esculturas grecorromanas que avivan ese sentimiento de pertenencia al Mar Mediterráneo identificándose con sus raíces. Sus representaciones son sencillas, claras, de líneas puras, creando un clima lírico, con composiciones simples, que representan la armonía y la paz.
En 1908, se relaciona con el matrimonio Piña, como profesor de su hija Carolina. Se enamora de la otra hija del matrimonio, Manolita. Por su inseguridad económica, deberán esperar once años para casarse después de la muerte del Sr. Piña. Esto lo marcará profundamente.
Realiza varios trabajos en decoraciones en edificios públicos y en iglesias.
En 1910 se le encarga la creación de dos murales "La Agricultura y La Ganadería" del Pabellón del Uruguay en la Exposición Universal de Arte de Bruselas. De allí viaja a París y toma contacto con las vanguardias del momento.
En 1911 nace su primer hija Olimpia. En el mismo año realiza "La Filosofía presentada por Palas en el Parnaso como Décima musa" como la obra que reúne todas las condiciones del arte noucentista. Piensa que tiene no su verdad, sino La Verdad, logrando una definición de Arte que lo comprende todo, sus definiciones son totalizadoras, absolutas y de carácter universal y helénico,
En 1912, se le encomienda la decoración del salón de San Jorge, viaja a Italia para compenetrarse con la técnica de pintura de frescos. El título del primer mural del Salón de la Diputación de Barcelona será “Catalunya Eterna”. Usa la alegoría para expresar su objetivo.
En este mismo año nace su hijo Augusto.
Desde ese año hasta 1916, además de la creación de los murales de la Diputación vuelve a su labor docente. Realiza obras murales a particulares y pintura en lienzos. A partir de sus reflexiones, publica tres libros:
Por cambio de gobierno se suspenden los murales de la Diputación.
En 1915 nace su hija Ifigenia. Decoró con murales su casa, en la más pura tradición griega.
Recibe la visita del uruguayo Rafael Barradas y nace una amistad de importancia para ambos.
Desde 1915 a 1917 se produce un cambio en su pintura noucentista que lo lleva a lo que llama “pintura simple" y que acompaña de reflexiones escritas.
Comienza la creación de juguetes desmontables, negocio que sólo funcionó en un comienzo.
Resuelve entonces que ya no es Cataluña un lugar en el que pueda seguir viviendo con su familia.
Intenta probar fortuna en París pero al no recibir la ayuda que esperaba de Picasso viaja a New York
En la década del 20 esta gran metrópolis concita gran interés en las discusiones artísticas y coleccionistas se interesan por los jóvenes artistas. Se organizan exposiciones de representantes de distintos “ismos”.
Se crea el primer Museo de Arte Moderno, con la colección de Katherine Dreier. Con la ayuda de Marcel Duchamp y Man Ray, Torres se integra al mundo de las artes y vende algunos cuadros.
Sus dibujos y cuadros muestran el movimiento con el ritmo dinámico de la gran ciudad.
Retoma la fabricación de juguetes. Pero se siente ajeno al lugar, extraña el ambiente europeo y en 1922 él y su familia se embarcan hacia Italia.
La violencia que se vive en ese momento en el país (las primeras agitaciones fascitas) lo convocan a un paisaje de gran perspectiva y casi sin personajes, con austeridad expresiva, aportando el mínimo de información.
Realiza pinturas que tienden a la abstracción y lo geométrico y a la ortogonalidad.
Esta pintura no interesa al público italiano.
Continúa la fabricación de los juguetes desmontables. En busca de buenos carpinteros recorre distintas ciudades. En 1924 en Livorno nace su hijo Horacio.
Realiza algunas exportaciones a New York, recibe pedidos de Holanda, Bélgica, Londres y Paris. En determinado momento un incendio destruye su producción, pero continúa en su labor hasta que los pedidos languidecen.
El ambiente que se vive en Italia lo hace trasladarse al Sur de Francia. Vive dos años en Villefranche-sur-Mer, donde no consigue encargos de trabajo.
Concreta exposiciones en Paris y Barcelona.
En este período es que recibe la noticia que sus frescos pintados en la Diputación fueron totalmente tapados por cuadros de varios pintores. En España ya está instalada la dictadura de Primo de Rivera.
Resuelve trasladarse a Paris.
Su arte se afirma ideológicamente sobre la idea de lo absoluto pero continúa investigando. Su lenguaje plástico quedará consolidado.
Incorpora cuatro temas: paisajes urbanos, paisajes imaginarios, naturalezas muertas, retratos y composiciones Comienza a realizar escultura en madera.
Las composiciones de figuras humanas denotan la influencia del arte de África y Oceanía inspiradores del cubismo. Realiza figuras humanas estilizadas, alargadas por momentos y otras deformadas, extremadamente simplificadas.
Se vincula con el neoplasticismo. En 1928 conoce a sus fundadores:Mondrian y Van Doesburg. A partir de esto abandona sus pinturas cubistas. Comienza a introducir el enrejillado ortogonal que irá desarrollando a lo largo de su vida, incorporando trazos anchos y negros.
Su idea de lo absoluto y universal lo lleva a la búsqueda de la esencia, las ideas. Sus dibujos se transforman en símbolos y signos buscando desde su pintura la metafísica.
El arte está al servicio de la razón y del orden cósmico y su armonía.
La “gran manera" constructiva la desarrolla en Paris tentativamente a partir de 1929, y ya con más plenitud a partir del 30. Es cuando comienza a alcanzar su síntesis. Funde los equilibrios formales de la abstracción y la notación gráfica descriptiva. Define un nuevo orden plástico. Muestra ante lo efímero una resistencia impregnada de construcciones de la antigüedad.
En 1934 a los sesenta años de edad resuelve retornar al Uruguay luego de cuarenta y cinco de ausencia.
Así comenta su llegada en una carta a su amigo Guillermo de Torre:
“Y ya al llegar un gentío me esperaba y ya fotógrafos y periodistas se incautaron de mi persona. Y después ya ha seguido siempre así –y sigue-. Tengo un sinnúmero de libros que leer y un sinnúmero de visitas que hacer. Y escribir, siempre escribir… La pintura duerme…”
En Montevideo logra una inmensa regeneración colectiva de la cultura americana. Algunos la concibieron como la Bauhaus del Sur sin contaminación de la industria y con la riqueza figurativa.
Su simplificación acude al los signos y símbolos universales, reelabora elementos americanos anteriores a la colonización, vasijas, figuras humanas, flechas con símbolos pertenecientes al occidente europeo.
Simboliza y sintetiza en su Constructivismo, logrando para él el ARTE ABSOLUTO E UNIVERSAL.
Bibliografía utilizada
- Jardí, E. Joaquín Torres García, Editorial Polígrafa S.A. Barcelona, 1973.
- Museo Nacional de Centro de Arte Reina Sofía. Torres García. Editado por el Ministerio de Cultura. Valencia 1991.
- Peluffo Linari, Gabriel, Historia de la Pintura Uruguaya, Representaciones de la Modernidad Tomo 2 (1930- 1960). Ediciones Banda Oriental, Montevideo, 2000.
- Universalismo constructivo, Joaquín Torres García, Catálogo 130 años del nacimiento. Museo Torres García. 2004.
- Lucero, María Elena, Entre el Arte y la Antropología: Sutilezas del Pasado Prehispánico en la Obra de Joaquín Torres García
- Pereda Raquel. Torres García Edición Fundación Banco de Boston. Montevideo 1991