Busto de José Pedro Varela | Autor: Edmundo Rodríguez Prati | Licencia: Creative Commons Genérica de Atribución/Compartir-Igual 3.0
Si bien a los 15 años entró en el comercio, cediendo a las exigencias de su padre, su deseo era estudiar y seguir la carrera de abogacía u otra profesión similar, para lo cual se consideraba con más aptitudes. Comenzó a hacerse conocer en literatura a través de composiciones poéticas, crónicas y artículos .
Entre setiembre de 1867 y agosto de 1868, realizó un viaje a Estados Unidos y Europa, que dio lugar a nuevas crónicas publicadas en El Siglo. Este viaje culmin en Estados Unidos, con el encuentro entre Varela y Sarmiento, quien luego fue presidente de la República Argentina.
Historiadores como Arturo Ardao afirmaron que si bien el encuentro con Sarmiento en Estados Unidos “encendió, más que alumbró, la que iba a ser siempre su pasión, más que vocación”1, no debemos olvidar que existía previamente al encuentro una fuerte preocupación por el drama educacional de su país y de su tiempo. Varela tuvo una gran actividad periodística y política. Trabajó en El Siglo como colaborador y en La Paz como redactor y director. Concebía la actividad periodística y política como acción inseparable de la tarea educacional.
En 1868, junto a personalidades como Carlos María Ramírez, creó la Sociedad de Amigos de la Educación Popular.
En 1874, trascendiendo el propósito inicial y realizando un abordaje orgánico de la cuestión educacional, Varela escribió su libro La educación del pueblo. En 1876, durante el gobierno del coronel Lorenzo Latorre, aceptó el puesto de presidente de la Comisión de Instrucción Pública de Montevideo, que, luego de la supresión del Instituto de Instrucción Pública, ejercía una especie de superintendencia de todas las escuelas del país.
Tres meses después de esta designación, presentó al gobierno su proyecto de Ley de Educación Común, cuyos fundamentos teóricos constituyeron el libro titulado La legislación escolar. En esta obra realizó un profundo análisis sobre las causas sociales, económicas, financieras y políticas que colocaban al país en una situación crítica y llegó a la conclusión de que era indispensable elevar el nivel de la educación popular si se deseaba superar el estado caótico y desorganizado que caracterizaba a la sociedad uruguaya.
El proyecto de Varela pasó a estudio de una comisión especial, que lo reestructuró, modificándolo sustancialmente. En el proyecto presentado por Varela, se establecía la obligatoriedad del aprendizaje para todos los niños y niñas de 5 a 15 años.
A su vez, Varela planteaba que la escuela establecida por el Estado laico debe ser laica como él. La educación que ofrece y exige el Estado no debe busca afiliar al niño a una comunión religiosa determinada o incorporar a los niños a un partido político específico, sino que debe preparar al niño para la vida adulta, para la vida ciudadana. En tal sentido, el proyecto de ley establecía la laicidad, afirmando y promoviendo el respeto a los disidentes, dado que señalaba expresamente que no podría obligarse a ningún niño a que asista a la enseñanza de la religión católica contra la voluntad o sin el consentimiento de sus padres o tutores.
Finalmente, Varela era partidario de establecer la obligatoriedad de la educación en el marco de una sociedad que la hiciera posible, es decir, declarando y efectivamente ofreciendo la gratuidad de la enseñanza como medio para lograr el cumplimiento de la instrucción obligatoria.
El 24 de agosto de 1877 el órgano ejecutivo nacional supremo, el gobierno provisorio del coronel Latorre, promulgó un decreto-ley de Educación Común, que muy parcialmente contemplaba el proyecto elaborado por Varela. No solo el número de artículos fue recortado (de 111 artículos pasó a 55), sino fundamentalmente en su contenido más de avanzada o progresista, dado que eliminó la descentralización, la democratización, la participación popular y la laicidad, dejando de lado la problemática en torno a la enseñanza de la religión católica e imponiendo, por el contrario, su enseñanza en todas las escuelas públicas, exceptuándose a los alumnos que profesaran otras religiones y cuyos padres o tutores se opusieran a que la recibieran.
En el año 1877, cuando se aprobó el decreto-ley de Educación Común, Varela aceptó el puesto de inspector nacional de Instrucción Primaria.
José Pedro Varela murió prematuramente el 24 de octubre de 1879, a los 34 años de edad.
1Ardao, Arturo. Etapas de la inteligencia uruguaya. Departamento de Publicaciones de la Universidad de la República. Montevideo, 1971, p. 115.